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4 de junio de 2012

Gimme the Power


Esta misma reseña la pueden leer en bonito formato interactivo en el 4to Especial de Cine Mexicano.

Gracias a la proximidad a las elecciones en nuestro país y al renacido interés en la política, el cual está presente siempre y cuando se pueda criticar al sistema, es que llegan a nuestras carteleras cintas de tinte político o mejor dicho politiquero, aprovechando el momento. Colgándose en cierta medida del ya mencionado interés es que Olallo Rubio nos trae un documental enfocado en el grupo músical Molotov en dónde también se tocan temas que pretenden ilustrarnos un poco sobre política e historia mexicana.

Según la sinopsis que aparece en la página de la cinta, “Gimme the power nos introduce al contexto histórico que nos ubica en la realidad que se vive actualmente en México Tomando como pretexto y eje central la carrera del grupo Molotov, cuenta de manera rápida, puntual y divertida la historia de la banda, y la tragicomedia de la historia mexicana, a la cual está íntimamente ligada”. El documental es sobre Molotov pero no trata sobre Molotov, entonces. El revisionismo que pretende dar el director así como su crítica contra la política del PRI y del PAN principalmente, así como su queja de la manipulación que hace Televisa es lo importante en la cinta.

De entrada, me parece un tanto tramposo, aunque muy aprovechable el manejo de promoción de la cinta. Me comenta un amigo mío que en las entrevistas que ha dado a los medios Olallo menciona el porqué es importante ver la cinta para entender mejor el panorama actual y tomar una mejor decisión a la hora de votar. Un momento, ¿los integrantes de Molotov están en algún partido político? ¿No se supone que ellos están un tanto alejado de lo mismo? Claro, sus letras pueden reflejar el descontento de los integrantes de la banda que tiene casi veinte años de historia, pero hay tecnocumbias que también ilustran perfectamente su momento de creación y no veo documentales al respecto.



El documental se presenta entre el análisis político y la historia musical. En lo primero, se queda corto y detalles tan simples como que en los primeros minutos de la cinta, en dónde se pretende dar una revisión histórica de nuestro país, mencionando los problemas del sistema que inició con un dictador y siguió con un sistema similar. Desafortunadamente el manejo que hace el director es un reflejo de que aunque el mexicano si tiene memoria, la misma funciona de manera muy selectiva. Todo mundo critica al priísmo sin entender la función que tuvo como esquema político en un país desequilibrado surgido del caudillismo en el que todos se mataban entre sí. Al mismo tiempo, es fácil criticar a Porfirio Díaz, pero no veo a la gente quejándose porque Benito Juárez estuviera 4 periodos presidenciales. Claro, Echeverría, Portillo y De La Madrid son objetivos fáciles para criticar pero no lo veo quejándose de López Mateos o de Ruíz Cortines. El pseudo análisis que propone se queda a medias, además de que no busca objetividad al criticar tanto al PRI como al PAN pero apenas si toca al PRD, a pesar de que la gran mayoría de sus integrantes surgieron de los mismos vicios (y tranzas) del PRI.

A modo de registro de la evolución de una banda es como funciona de mejor manera la cinta. Debido a sus películas anteriores es que yo tengo una especie de animadversión contra el autor aunque al parecer finalmente ha dado en el clavo con esta cinta. Si quitamos los momentos en donde se le nota su afán de protagonismo y su pseudo discuros político/social, la cinta funciona muy bien para ilustrar el por qué un grupo como Molotov sigue teniendo vigencia. Las anécdotas así como el análisis que se hace sobre la banda por distintas personalidades tanto de la música como de la literatura u otros medios son, en general, bastante bien llevadas. Quizás lo único que me molestó es la entrevista con Luis de Llano en la que el director pretende ridiculizar al famoso “carnal de las estrellas” pero se queda a medio camino y termina viéndose casi tan mal como un Loret entrevistando a la Maestra Gordillo, ya que no se atreven a dar un cometario duro contra el entrevistado. ¿No que tenían muchos huevos, señores?

A final de cuentas la cinta muestra una increíble mejoría sobre la capacidad de dirigir del autor. Funciona en cierta medida mejor que Seguir Siendo, el documental enfocado en Café Tacvba, aunque sigue siendo gratuita la inclusión del pseudo discurso político. Hubiera preferido mejor que se iniciara con canciones de Chava Flores en las que se critica el sistema a tener un discurso revisionista que no termina de cuajar y se va por el panfletismo barato (como diría Alejando Alemán) que no aporta nada, además de que al seguir en el contexto musical se hubiera logrado una cinta más redonda a pesar de no contar con una gran cantidad de entrevistas. ¿La recomiendo? Solo diré que la vi aprovechando los descuentos de cierta cadena de cines que me permitió pagar solo 35 pesos por la función y no me sentí estafado.

Comentarios sobre otras cintas del director:
¿Y tú cuánto cuestas?
This is not a movie

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